Brahma, como creador cósmico, juega un papel fundamental en la cosmología hindú, pero sigue siendo una figura paradójica, vital pero rara vez adorada.
Su historia refleja la comprensión hindú de la creación como un proceso transitorio y siempre renovador, reforzando la naturaleza cíclica del universo.
El siglo XVIII fue una era definitoria para el reino de Lan Na, caracterizado por el dominio birmano, la resistencia interna y la absorción eventual en el dominio siamés.
Mientras que Lan Na perdió su independencia, los eventos de este siglo prepararon el escenario para su posterior papel como región semiautónoma bajo el reino de Siam.
El Triple gema—Buddha, Dharma y Sangha, forman la base del budismo, ofreciendo orientación, sabiduría y comunidad a los profesionales.
Al refugiarse en estas tres joyas, los budistas se embarcan en un camino de autodescubrimiento, vida ética e iluminación final.
Las cuatro fases de Metta en el budismo ofrecen una forma estructurada y profunda de cultivar la amabilidad y la compasión.
Al comenzar con uno mismo y extender progresivamente el amor a los demás, los practicantes pueden desarrollar un sentido de buena voluntad de buena voluntad que trasciende las fronteras personales.
La adoración de Murugan en la cultura jemer es un testimonio de la influencia duradera del hinduismo en el sudeste asiático y el sincretismo cultural que caracteriza las prácticas religiosas de la región.
La integración de Murugan en el arte y la religión de Khmer destaca la adaptabilidad de los símbolos culturales y su capacidad para trascender los límites geográficos y culturales.
El Cham Ganesha se destaca como un testimonio del rico patrimonio cultural de la civilización Cham y la influencia duradera del hinduismo en el sudeste asiático.
Estas esculturas no solo muestran la destreza artística del pueblo Cham, sino que también destacan las profundas conexiones espirituales que trascendieron los límites geográficos.
El Bayón Brahma es más que una escultura; Es un puente entre dos grandes tradiciones religiosas y un testimonio de la riqueza cultural del imperio jemer.
Su intrincado arte y su profundo simbolismo ofrecen un vistazo a los logros espirituales y artísticos de una de las civilizaciones más ilustres del sudeste asiático.
El dragón chino es un testimonio del poder duradero del mito y el simbolismo en el arte.
Su representación en diversas formas de arte chino refleja el profundo significado cultural y el simbolismo multifacético atribuido a esta criatura majestuosa.
La representación de Varaha sosteniendo una espada es un símbolo potente en el arte y la mitología hindú, rica en capas de significado y significado.
Captura la esencia de la misión divina de Varaha para restaurar el orden cósmico, encarnando temas de protección, justicia y el triunfo del bien sobre el mal.
Prajnaparamita, como una deidad que incorpora la sabiduría trascendente, ocupa un lugar venerado en la cultura y la práctica religiosa de jemer.
Su representación en arte y arquitectura durante el imperio jemer destaca el significado cultural y espiritual atribuido a la sabiduría y la iluminación.
La estatua de monje budista de estilo Mandalay, que sostiene un tazón de limosnas, es una expresión profunda del arte y la espiritualidad budista.
Originario de la ciudad culturalmente rica de Mandalay, estas estatuas encapsulan los ideales de la vida monástica y el camino hacia la iluminación.
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